En esta penúltima entrega de los artículos titulados: «Gatillo mental, un imprescindible para dominar el arte de la persuasión», vamos a seguir enseñándote con ejemplos, como es de potente esta herramienta.
Anteriormente, hemos conocido los gatillos mentales de: escasez, prueba social, autoridad, anticipación, enemigo común, evidencia, reciprocidad y sinceridad, como funcionan en el cerebro disparando las emociones estimulando la mente de los clientes y generando más ventas en tu negocio.
Hoy nos tocan:
Gatillo mental «Simpatía»
Ya lo dice el refrán: No es lo mismo ser gracioso que caer en gracia.
Todos tenemos el típico amigo que es el «payasete» del grupo, con el que siempre nos reímos.
Es el alma de la fiesta. Si falta él, es como si falta la sal en la comida.
Pero… llevándolo a tu negocio…
¿Es esa, realmente, la imagen que queremos dar a nuestros clientes?
¿Queremos ser los graciosos?
O… ¿Queremos ser simpáticos?
A todos nos gustan que nos recuerden, que ese recuerdo sea positivo y que inspire cercanía.
Porque al crear una relación de cercanía con nuestro potencial cliente, estamos generando el recuerdo de la marca o de la persona.
Por eso si nos mostramos con una personalidad que transmita simpatía, habremos recorrido un gran camino hacia el éxito.
Cuando el cliente potencial esté dudando en su decisión de elegir entre dos productos/servicios similares, ten seguro que se decidirá por aquel en el que la marca o la persona que hay detrás, le caiga mejor.
Ser gracioso está guay, pero caer simpático está aún mejor, ya que congeniarás con las personas y despertarás en ellas un sentimiento de afecto.
¿Qué prefieres entonces: caer en gracia o ser gracioso?
Gatillo mental «Simplicidad»
“La simplicidad es la máxima satisfacción” (Leonardo Da Vinci)
Pensamos que siendo complejos al comunicarnos, creamos más interés en nuestro público.
Nada más alejado de la realidad.
Lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Y si además lo breve lo hacemos simple… ¡aún mejor! 🎯
Seguro que has ido alguna vez a un especialista por algún motivo de salud o por lesión, y cuando te empiezan a diagnosticar, tu cara es todo un poema.
Parece que hay un pacto no escrito entre médicos para hacer que no entendamos nada de lo que nos dicen.
Hace tiempo, me caí y me hice una lesión de Banckart y Hill Sachs en el hombro.
Si solo te digo eso, probablemente te preguntes: ¿Y qué narices es eso?
Realmente es una luxación del hombro hacia detrás y hacia delante por traumatismo.
En cristiano…, que se me salió el hombro, me lo tuvieron que volver a colocar y desde entonces cruzo dedos y toco maderas para que no vuelva a pasar o se me restrinja el movimiento del brazo… si volviera a ocurrir ¡iría al quirófano de cabeza!
Con lo sencillo que es dar un mensaje que se comprenda: ¿Qué resulta más fácil de leer y entender? ¿Qué me hice las lesiones de nombre raro o que se me salió el hombro?
Si trabajamos con mensajes e ideas sencillas, evitamos sobrecargar al cerebro con información compleja.
Dicho de otro modo, logramos que nos presten atención… porque nos entienden.
No te compliques la vida gratuitamente.
Gatillo mental «Especificidad»
«Ser específico te dará credibilidad» (Lanza&Alcanza)
¿Sabías que casi el 45% de los usuarios de LinkedIn tienen ingresos superiores a 75.000$?
Es lo que he leído esta mañana.
Si te digo solo eso, tienes dos opciones: creerme o no creerme.
Según datos de LinkedIn, el 45% de los usuarios de LinkedIn tienen ingresos superiores a 75.000$.
Ahora sí que estoy siendo exacta y específica porque no solo te estoy diciendo un dato, sino quién proporciona esa información, te estoy diciendo la fuente.
Así demuestro que no me lo estoy inventando.
Los datos exactos y específicos generan curiosidad y autenticidad.
Consigo ser creíble, porque no puedes pensar que te digo una cifra al azar, sino que es LinkedIn quien da este dato, avalado por su autoridad.
Y si además, lo puedes mostrar visualmente… ¡sería un puntazo!
Siempre se ha dicho, que una imagen vale más que 1000 palabras 😉
Gatillo mental «Compromiso»
«Hasta que la muerte nos separe»
Esta frase es el título de una película…, pero también es una frase que decimos cuando nos casamos, adquiriendo de esta forma un compromiso duradero entre dos personas.
Es un valor simbólico…
Es como si nos obligáramos moralmente a permanecer juntos para siempre.
Con tu cliente, has de conseguir una relación similar.
No digo que le pidas la mano a sus padres. 😉
Solo que le “obligues”, cuando aún es potencial cliente, a comprometerse contigo de algún modo.
¿Y cómo consigo eso? Te estarás preguntando.
Incita a tu cliente a que de pasos extras o acciones antes de la venta, que impliquen moralmente un compromiso con quién le está brindando esa oportunidad.
De ese modo, no solo tu cliente potencial se sentirá en la obligación de corresponderte, sino que cribarás a todo aquel no tenga el perfil de buyer persona que buscas.
Muchas veces una simple pregunta es suficiente.
Por ejemplo:
«En Lanza & Alcanza, podemos ayudarte a captar clientes en automático 24/7, incluso mientras duermes. Pero antes de ofrecerte más ayuda, quiero saber si estás de acuerdo con todo lo que hemos hablado hasta ahora. Ha llegado el momento de decidir… ¿Estamos remando en la misma dirección? ¿Estamos en el mismo barco?»
Llegados a este punto puedes encontrarte con dos respuestas:
- ¡Por supuesto, cuenta conmigo! No confío en que las cosas se consigan solas sin pelearlas.
- No. Seguiré buscando otras opciones para solucionar mi problema.
Ahí ya tienes claro quien es tu cliente potencial totalmente cualificado.
Y hasta aquí los gatillos mentales que queríamos ver hoy.
En el próximo artículo «Gatillo mental, un imprescindible para dominar el arte de la persuasión (4)», terminaremos esta serie de posts sobre los gatillos mentales.
¡Hasta la próxima!